El Fenómeno Amazon

Continuando con la temática de los trabajos del futuro, y las tendencias tecnológicas y financieras que se están dando en esta década (2020) voy a analizar el caso de la empresa de e-commerce Amazon, como referente de lo que se viene a nivel de empleo privado, en todo el mundo.

La tendencia de fondo

Esta mañana leí en el New York Times que Amazon está contratando gente a paso récord, nunca visto en una empresa privada. Desde Julio hasta Octubre, el ritmo de contratación fue de 2.800 personas por día. No, no está mal el número. Dos mil ochocientos empleados nuevos por día, y en pleno contexto de recesión global por la pandemia. Cuando la mayoría de las otras empresas de la economía real están echando gente, reduciendo sus plantillas, o --en algunos casos más tristes-- directamente quebrando. Esto último, las quiebras, se están centrando principalmente en las empresas de los sectores turísticos y lo que en inglés se llama "de hospitalidad" (hospitality), que son principalmente los hoteles, hostels, y todo lo que tenga que ver con el alojamiento de la gente que viaja.

El turismo no levanta cabeza, y las compras presenciales, tampoco. Ayer, en un sitio web de finanzas que suelo leer casi todos los días, había un reportero en vivo desde Nueva York, frente a una tienda Best Buy (una cadena de productos electrónicos). Era Black Friday, cuando los consumidores normalmente se atropellan y amontonan para entrar en la tienda todos los años, y aprovechar las ofertas. Sin embargo, esa tienda de Nueva York (probablemente una de las ciudades con más poder adquisitivo del mundo) estaba semi-vacía. En un Black Friday.

¿Qué significa todo esto? Que los hábitos de los consumidores siguen cambiando, a un paso vertiginoso. El cóctel explosivo de las cuarentenas por el Covid-19 (el miedo a salir afuera a comprar) más la comodidad de los hábitos de comprar a través de una app en el celular (el consumidor es muy cómodo, siempre elige lo más fácil, dice Elzstain) inclinaron la balanza, este año que termina, definitivamente a favor del e-commerce por sobre las tiendas físicas de comercio.

Esto tiene muchas consecuencias sobre el empleo y la economía. Qué tipo de empleo se creará de ahora en adelante, y qué tipo de empleo irá disminuyendo y quedará a la defensiva, en una posición minoritaria. Por eso me interesa analizar el caso de Amazon: es el gran paradigma del e-commerce, del comercio electrónico. El más grande de occidente, y el pionero en la modalidad. El otro gigante mundial está en Asia: Alibaba. Y en Latinoamérica tenemos a Mercado Libre que también está creciendo a pasos agigantados. Este último es otro caso para mirar muy atentamente. Sé que la mayoría de mis lectores están en Latinoamérica.

Entonces, quiero aclarar, que si bien hago el análisis mirando lo que pasa ahora en EE.UU., todo esto que voy a decir, o sea las conclusiones sobre lo que va a pasar y está pasando con el empleo, se aplica también para Latinoamérica (y para la parte desarrollada de Asia). No creamos que por estar lejos de los países desarrollados, aquí en la periferia del mundo, no va a pasar. Ya está pasando, frente a nuestros ojos. Y a una velocidad muy grande. El tema, es que no todos lo ven.

Destrucción de empleo

Se está destruyendo empleo en todos los sectores donde hay interacción física real entre las personas. Y se está creando empleo en los sectores que dependen de la interacción virtual (sobre todo a través de teléfonos móviles) entre las personas. Así de fácil.

En un primer momento, parece una observación de sentido común. Porque el hábito de los consumidores cambió en muy corto tiempo, algo así como los últimos 10 años, hacia el uso de los teléfonos móviles para todo. Para resolverles la vida. Esa pereza del consumidor, ese buscar lo fácil, como dice Elzstain, está cambiando al mundo. Y ya no a nivel puramente intelectual (como fue al principio la revolución de las computadoras personales, en los '90). Ahora con los smartphones, el estar permanentemente conectados y tener el mundo al alcance de la palma de la mano, los consumidores perezosos, que no quieren salir de su casa para comprar, están haciendo que se fundan y quiebren muchos negocios de la economía tradicional.

El Covid sólo aceleró una tendencia de fondo que ya se estaba dando. Se iba a dar igual, pero hubiese tardado más años. Quizás cinco años más. Ahora pasó todo en un sólo año.

Cambiaron las tendencias de consumo, y cambiaron los negocios que van a ser viables y los que no. Cuando se termine la pandemia, estos cambios de hábito de los consumidores perdurarán. No se volverá a la "antigua normalidad", sino a un mundo bastante distinto.

Recordemos que este cambio de tendencia no se basa sólo en los teléfonos móviles y la conectividad a Internet, sino en la mentalidad de las dos nuevas generaciones que ya entraron hace rato al mundo del consumo: los Millennials, que ya andan por los treinta años, y los de la Generación Z, de veinte años para abajo. Más pegados al celular todo el día, más acostumbrados a resolver todo (absolutamente todo: comidas, viajes, relaciones de pareja y trabajo) en forma virtual. Ya tienen la mente así.

Sí, los negocios presenciales seguirán estando. Por ejemplo, pienso en las experiencias de ir a un bar, de comer en un restaurant con amigos o con la familia. Ese acto social es agradable, y necesitamos la interacción con otros seres humanos. No creo que de repente, el 100% de las personas que antes iba a los bares y restaurantes se resigne a comer solamente en casa, para siempre. Pero, digamos que quizás el 50% sí lo haga (delivery y app de por medio). La mitad de ese público consumidor (de esa forma de consumir presencial, mejor dicho) puede llegar, entonces, a perderse.

Este cambio en los números, si la mitad de los consumidores desaparece del circuito físico, de la compra cara a cara con vendedores humanos, y pasa a interactuar con un algoritmo en una app, hará que muchos negocios físicos se vuelvan inviables y quiebren. O reduzcan su dotación de personal a la mitad, y pasen a un modelo híbrido: la mitad de las ventas presenciales, la otra mitad por delivery. Esto último es lo más probable.

Creación de empleo

¿Dónde se está creando empleo? Esa es la pregunta más crucial. Acabamos de ver que se está destruyendo empleo en muchos sectores. ¿Cuáles son las buenas noticias?

Volvamos al caso de Amazon, tan sólo para tomarlo como ejemplo de lo que se viene en las ventas minoristas y en la mayoría del empleo en el sector privado. No porque solamente debamos pensar en esa única compañía. Pero como es la más avanzada, la más grande y la que primero empezó con todo esto, nos muestra el futuro.

Números del 2020. Empleo global que genera, en varios países (no sólo en EE.UU sino en India, Irlanda, etc.):

Las cifras son impresionantes, difíciles de creer. Y hay que tener en cuenta que todos son empleos en blanco, en la economía formal. Aunque, hay que hacer las siguientes salvedades: la mayoría de esos trabajos son empleados de depósito, de remuneración baja. Pero también hay un porcentaje de trabajadores tecnológicos, de remuneración mucho más alta (en la división Amazon Web Services).

Concentración del capital

El crecimiento de estas empresas tecnológicas gigantes (otras son Apple, Google, etc.) mal llamadas plataformas o apps (las apps o plataformas son sólo la "máscara" tecnológica a través de las cuales interactuamos con ellas, el front-end) genera, indudablemente, una concentración del capital. Esto es así porque se funden una parte de las empresas chiquitas que antes proveían esos mismos servicios (pienso más que nada en el comercio) en la economía presencial, por llamarla de alguna manera. Y esa renta se va a las grandes empresas tecnológicas que ocupan su lugar. Que aprovechando las nuevas tecnologías, están globalizadas.

En la economía local quedan los trabajos de delivery, de reparto: los choferes y los chicos de PedidosYa que reparten en bicicleta. Esos trabajos son los que quedan en cada ciudad que se transforma a la nueva pauta de consumo. Dicho sea de paso, la mayoría de los programadores de PedidosYa están en Uruguay, no en las ciudades donde vemos las bicicletas. Aunque también hay algunos equipos de programación y marketing en Argentina (como me señaló mi amigo Mateo). Estos equipos podrían estar en cualquier otro lugar del mundo: es trabajo remoto 100%, teletrabajo a pleno. Los trabajos calificados, los mejores pagos, están donde está el recurso humano formado. No donde está el consumidor del producto o servicio. Por ejemplo: ciudades universitarias (de disciplinas tecnológicas, no de las carreras tradicionales).

Estas empresas tecnológicas, cuando son exitosas, crecen muy rápido, en pocos años. Su financiamiento inicial típicamente está dado primero por Venture Capital (capitalistas de riesgo) y luego, si les va bien, salen a cotizar en bolsa (típicamente, en el Nasdaq). A aquellas empresas tecnológicas que les va bien, cotizan en bolsa y superan la valuación de 1000 millones de dólares (sí, mil: no un millón) se les llama, en la jerga, unicornios.

Por suerte, y aunque parezca raro, en Latinoamérica también hay varios unicornios. Aunque la mayoría, por supuesto, está en EE.UU.

Conclusiones finales

El e-commerce y las empresas tecnológicas, con las que normalmente interactuamos a través de aplicaciones en el celular (pero que en realidad son personas de carne y hueso, trabajando en equipo, con mucha capacitación técnica y abundante financiamiento capitalista), junto al "comportamiento perezoso" del consumidor actual, están cambiando el mapa del empleo para siempre, y de acá en adelante.

Habrá, y ya hay, ganadores y perdedores. Los perdedores, estarán en su mayoría en los comercios físicos que dependen de la interacción cara a cara y real con las personas. No se fundirán todos, pero sí una parte significativa. Y reducirán personal. Esto ocurrirá y está ocurriendo a nivel global. No sólo en Latinoamérica ni en Argentina.

Los ganadores, serán las grandes empresas tecnológicas concentradas. Las creadoras de las "apps" que usamos todos los días. Esas inocentes apps (pero también, y de nuevo: el comportamiento perezoso y cómodo del consumidor actual, que prefiere interactuar con algoritmos a interactuar con personas) crean una gran destrucción de empleo, y una concentración del capital. Pero además generan muchos empleos nuevos en los sectores de delivery, logística y personal de depósitos. También generan empleos en los programadores, diseñadores gráficos y gente de la "economía del conocimiento".

La economía "tradicional", y sus empleos asociados, seguirá existiendo (comercios con tiendas tradicionales, oficinas, bancos, restaurants, bares) pero se achicará, quizás en un 40% o 50%. La gente pasará más tiempo encerrada en sus casas y consumiendo desde ahí. O trabajando desde cualquier lado con el celular y la laptop (de vuelta, quizás bares: lado positivo) y consumiendo intermitentemente mientras trabaja. Mucha menos gente irá hacia los centros comerciales de las ciudades, a hacer las compras. Posible colapso de muchos shopping centers y grandes tiendas (no todos, pero quedarán menos).

La incorporación de millennials y la generación Z al universo de los consumidores, no hará más que acentuar esta tendencia. Esto ya es irreversible.

La mayoría de los empleos nuevos (los mejor remunerados, los de mejor calidad) se creará alrededor de estas grandes empresas tecnológicas y sus "ecosistemas asociados" (sistemas de pago por celular, reparto de paquetería que se ha comprado on-line, etc).

Será vital que los países no pongan trabas (ni impositivas, burocráticas ni de ningún tipo) para las instalaciones locales de las oficinas de esas grandes empresas tecnológicas. Porque esas oficinas, esas representaciones regionales, traen consigo los escasos empleos de calidad y todo el ecosistema asociado. No es cuestión de si va a pasar o no. Sino de en qué países habrá más empleos de calidad y cuáles otros quedarán en el rol de consumidores pasivos, con sólo los trabajos de reparto de mercancía y de depósito, mientras se elimina la mitad de las tiendas físicas.

La educación (moderna y tecnológica, con inglés y orientada al mercado global: no libresca y del siglo XIX) será otro factor que las grandes compañías tecnológicas evaluarán para decidir en qué ciudades crean los mejores trabajos.

Como nota de esperanza, en Latinoamérica ya hay varios unicornios, y Argentina en particular tiene ya cinco que se crearon en el país: Mercado Libre, OLX, Globant, Despegar y Auth0. O sea que ya hay cinco empresas tecnológicas valuadas en más de mil millones de dólares que se crearon en Argentina. La mayoría de las personas desconoce sus nombres, o no se da cuenta de su importancia. Estamos distraídos con otro tipo de noticias. Por ejemplo, el entierro de Maradona.

Es imperioso, es urgente, de vuelta, adecuar los reglamentos, los impuestos, la mentalidad, el sistema educativo, todo, para facilitar la creación y la instalación de más empresas tecnológicas en Argentina y en otros países de Latinoamérica. La famosa economía del conocimiento.

De lo contrario, nos quedaremos (de todos esos nuevos empleos) sólo con los de los chicos que reparten paquetes en bicicleta. El delivery.


(C) 28 de Noviembre de 2020, Alejandro Moliné.

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